miércoles, 4 de septiembre de 2013

EL HOMBRE Y LA MUJER

El hombre es la más elevada de las criaturas, la mujer es el más sublime de los ideales. Dios hizo para el hombre el trono, para la mujer un altar; el trono exalta, el altar santifica. El hombre es el cerebro, la mujer el corazón; el cerebro fabrica la luz, el corazón el amor; la luz fecunda, el amor resucita. El hombre es el genio, la mujer es el angel; el genio es inmensurable, el angel es indefinible. Se contempla lo infinito, se admira lo inefable. La aspiración del hombre es la gloria suprema, la aspiración de la mujer es la virtud de lo divino. El hombre tiene la supremacía, la mujer la preferencia. La supremacía significa la fuerza, la preferencia representa el derecho. El hombre es fuerte por la razón, la mujer es invencible por las las lágrimas. La razón convence, las lágrimas conmueven. El hombre es capaz de todos los heroísmos, la mujer de todos los martirios: el heroísmo ennoblece, el martirio sublimiza. El hombre es un código, la mujer el evangelio; el código corrige, el evangelio perfecciona. El hombre es un templo, la mujer es un sagrario; ante el templo nos descubrimos, ante el altar nos arrodillamos. El hombre piensa, la mujer sueña; pensar es tener en el cráneo una larva, soñar es tener en la frente una aureola. * ( Extraído literalmente de un periódico local de

No hay comentarios:

Publicar un comentario